Primero fue el punto de cruz, después vino el crochet y ahora... me estoy viciando al TRAPILLO!! Se trabaja rápido y cómodo y los resultados me encantan!
Pero… ¿qué es el trapillo?
En mi familia, formada por trabajadores del mundo del textil, siempre se le había llamado al trapillo “ligoi”, el porqué no lo sé, pero yo no lo conocía con otro nombre. El caso es que el trapillo, el ligoi, o como queráis llamarlo, son tiras de tela con las que se puede trabajar con agujas de crochet o de media (eso si de mayor tamaño que las que se utilizan con la lana o el algodón mercerizado).
¿Y de dónde salen esas tiras de tela?
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De excedentes de fábricas textiles.
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De ropa vieja.
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Comprado en mercerías.
¿Cómo se trabaja el trapillo?
Pues si sabes algo de crochet ya puedes trabajar el trapillo, son puntos de crochet a gran escala. Yo trabajo con puntos de crochet básicos (cadenetas, puntos bajos y… como mucho… punto alto, y para la terminación de alguna cesta he utilizado el punto cangrejo). A partir de aquí pienso que quiero hacer, investigo ideas por Internet y le doy a la muñeca…
Hasta ahora he hecho un bolso, un par de estuches y cestitas, abajo os pongo una foto resumen....
Mi madre que utiliza agujas de punto para trabajar el trapillo, ha hecho dos estuches grandes, que a mi me encantan para neceser, con el punto básico (del derecho y del revés), pero en esto no me hagáis mucho caso que no tengo ni idea de calceta (a ver si aprendo…).
Como he dicho antes y veréis en la foto hasta ahora he hecho poquitas cosas en trapillo pero a causa de la demanda, sobretodo en cestas, esta semana creo que me acabará el brazo derecho algo dolorido de tanto hacer proyectos en trapillo! En INSTAGRAM podeis seguir el dia a dia de los proyectos y prometo poner un resumen de todo a final de semana, inicios de la que viene.
* Y ya sabéis que si os interesa alguna de las cositas que véis solo tenéis que preguntarme (rucasworld@gmail.com)
Entre las dos echamos los ingredientes en un bol grande para luego formar la masa antes de meterla un
ratito en la nevera. Como podéis imaginaros las manos quedaron llenitas de masa
y Emma se chupó los dedos uno por uno “mami
parece chuche” decía con toda la boca llena de
masa y sonriendo sin parar. Sacamos la masa antes de tiempo de la nevera y nos
pusimos a hacer formas que era lo que más ganas teníamos. 
Lo penúltimo más divertido que hicimos fue decorarlas. Las
galletas de la primera bandeja las decoramos como ponía en el libro (pintadas
con yema de huevo y gusanitos de colores). Para las galletas de la segunda
bandeja decidimos cambiar la decoración, unas las decoramos con un glaseado (azúcar
glas y un poquito de agua hasta que haga un pasta) y
las otras con crema de cacao previamente derretida un poco en microondas. 
